domingo, 10 de abril de 2011

Querido Miguel:
Me marcho. No me esperes, porque no volveré. Así están las cosas: no puedo competir con un fantasma. Sé que Elia fue tu primer amor, desde el instituto, que fue tu primer beso, tu única novia, que no os separasteis ni un sólo día hasta aquella madrugada en el hospital, entre tubos y sangre reseca. Ella siempre será joven, siempre bella, siempre sonriendo...
Por eso me voy: no soporto verla en cada rincón de la casa, a todas horas y, sobre todo, no soporto que se empeñe en meterse en la cama con nosotros cada noche.
Te quiere,
Ana.

4 comentarios:

  1. domingo, 10 de abril del 2011

    Querida Ana,

    cuando leas esto, ya te habrás dado cuenta de que me he marchado de casa hace al menos 24 horas. Estoy bien de salud; y no, no he conocido a otra persona.

    Si no me has llamado ya, no lo intentes. El móvil lo he dejé apagado en la oficina. Ya sé que el correo postal no es tan inmediato como el electrónico; pero quería hablarte desde el papel escrito a mano. Tampoco tenía tiempo para escribirte una nota, y mucho menos para esperarte. Quería sentarme para decirte todo esto en una carta, como en los viejos tiempos.

    No te preocupes por los recibos, he dejado suficiente dinero en la cuenta como para cubrir 6 meses de gastos corrientes. El kilo de cocaína sigue en el armario. Mis contactos son tus contactos. Sé que sabrás conservarlos; sobre todo a los más próximos. Dales un fuerte abrazo. A mí me será imposible.

    Todo comenzó el día en que una caída del sistema borró todos los contactos de 1 millón de cuentas de correo, entre las que estaban la tuya y la mía. En el momento en el que percibí la magnitud de la tragedia, me dió por pensar en sobres de papel y cartas escritas a mano. De cuando murió Elia era la fecha de los matasellos.

    Ana, yo no habría superado aquello sin tí. Sin tus cartas, remitidas entonces desde una distancia de 1.563 kilómetros, no habría comenzado nada. Fuimos indispensables, fuente de luz, canción de color. Compartimos los mejores años; pero tenía que volver allí. Desde allí te escribo ahora.

    Lo dejo todo porque jamás nos despegamos de su sombra, y ha llegado un punto en el que no lo soporto más. Necesito distanciarme de ella.

    El mes que viene, llegará otro kilo.

    Te quiere,

    Abel

    P.D. Una despedida siempre desemboca en la nostalgia.

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  2. Es complicado hoy en día empezar una relación por el pasado que todas tienen. Parece que cada vez tuviera más pasado la gente, y sobre todo a veces cuesta TANTO que lo dejen atrás... Yo me pregunto: si es pasado, ¿por qué es tan importante? Y si es tan importante, ¿por qué es pasado? Creo que forma parte de las mentiras que todos nos decimos para soñar con una vida que no tenemos, y que probablemente no tuvimos nunca, en lugar de disfrutar de lo que el destino ha dispuesto ahora para nosotros.

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  3. Ciertos fantasmas no admiten exorcismos.

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  4. Abel: BUENÍSIMO.

    (PD: el envío... ya sabes... a la dirección de siempre, por los viejos tiempos)

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