viernes, 30 de marzo de 2012

El canto del cisne


Que yo ayer hiciera huelga no ha servido para nada. Ni aunque los 46 millones de españoles hubiéramos hecho huelga habría servido para nada, porque ni esto es una democracia ni existe eso que se soñó del “pueblo soberano”. La reforma laboral es imparable, porque no tiene nada que ver con la crisis ni ha nacido como solución a ningún problema. Hasta el más inepto de los economistas sabe que no se va a reflotar la economía con esta reforma.
Hace un par de meses escuché al presidente de la patronal madrileña decir en la radio que el problema que tenían las empresas españolas era la falta de competitividad en los mercados internacionales, donde países como India, Pakistán, etc. nos estaban comiendo el terreno, y que lo que teníamos que hacer era reducir nuestros costes de producción hasta sus niveles para poder competir con ellos. Con eso ya estaba dejando claro de qué iba esta reforma, que por aquel entonces no era más que un borrador a medias: equiparar nuestras condiciones laborales a las suyas, acercarnos a los talleres en China o Marruecos, más que a las fábricas alemanas o francesas. Y aquí nos están diciendo que la reforma es una exigencia de Europa y de los mercados internacionales. Y es bien cierto. Y seguro que con esta reforma, cuando esté plenamente implantada, empezarán a venir empresas extranjeras a abrir aquí sus factorías, claro. ¿Por qué van a encargar sus productos en el otro extremo del mundo, pudiendo fabricarlos en su patio trasero?
Los derechos de los trabajadores se terminarán de ir al carajo para finales de año como muy tarde (ojalá me equivoque, pero sabéis que no). El presidente de la CEOE ha dicho que va a haber que ir revisando el derecho de huelga y ya le ha jaleado su corifeo: el Gobierno ha dejado caer que bueno, que lo mismo va a tener razón y hay que darle una pensadita.
Están desmantelando el estado del bienestar, si es que alguna vez lo hubo. Y lo siguiente será el estado de derecho. La libertad de expresión está desapareciendo incluso como concepto, el activismo político y social está siendo criminalizado... por eso, aunque no sirviera de nada, yo hice huelga. Porque creo en el gesto y creo en el acto puro más allá de utilitarismos, ayer yo tenía que hacer huelga. Y porque, cuando nos quiten todo lo demás, quiero poder mirarme al espejo sin tener que agachar la cabeza.

lunes, 26 de marzo de 2012

Os esperaré comiendo manzanas,
sentada a la orilla del fin del mundo,
mientras decidís cuál de mis pecados
será el que os redima.

lunes, 19 de marzo de 2012

Me paras los pies en el corazón,
y yo me quedo varada en esta orilla de la mesa,
boqueando sin saber cómo despedirte,
mientras tú buscas la última respuesta en mis ojos.
Porque te quiero tanto, tengo que dejarte ir,
porque ya no puedo curar tus heridas,
porque no puedo protegerte de esta lluvia.

Y sólo ahora, después de tanto tiempo,
descubres mi secreto: yo no soy dios.