miércoles, 31 de octubre de 2012

Clima laboral

La Directora de RR.HH. salió de su despacho y se encontró con la secretaria, que estaba hablando con el nuevo conserje.
- Maite, esta tarde no vendré a la oficina. Cancela todas las citas que tengo pendientes y no me pongas nada mañana antes de las once, por favor.
A sus espaldas, oyó a Maite decir “Ten cuidado con ella, es una bruja”. Pero aquel día había decidido no enfadarse y optó por fingir que no había oído nada. Parecía mentira, después de tantos años en la empresa, las horas extra, las reuniones con los sindicatos, a pesar de que les trataba como a hijos, los regalos en los nacimientos... y seguían sin perdonarle aquel asunto.
Se dirigió taconeando por el garaje hasta su plaza, montó en su escoba y se marchó pensando si le daría tiempo de dejar el portátil en casa antes de ir al aquelarre.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Propuesta de futuro

Dejarse caer.
Resbalar por un tobogán al rojo vivo.
Desollarse los nudillos contra todas las puertas cerradas.
Romper (a cabezazos) las ventanas de la casa
y arrastrarse sobre los cristales.
Caminar con el vestido rasgado y los pies heridos por las zarzas y ortigas.
Porque de eso se trataba
y nadie nos lo dijo.
Si de eso se trata,
sugiero que los niños no vengan más con un pan debajo del brazo.
Si de eso se trata,
sugiero que traigan vendas y yodo.
O mejor, una roca en el pecho,
un reloj suizo, un pistón de cuatro tiempos.
Si de eso se trata,
mejor decidles que no vengan.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Obsesiones

Una mujer se acerca sola, empujando un carrito de bebé. Se detiene a mi lado en el semáforo y me echa en cara que estoy molestando a su hijo con el humo de mi cigarrillo. “¿Es que no lo ves?”. La miro, miro el carrito y la vuelvo a mirar a ella. No, yo no veo nada, pero ella sí, y eso me hace apartarme con una disculpa. Cruzo en cuanto el semáforo se pone en verde, casi corro para alejarme de la mujer y su carrito sin bebé. Giro a la izquierda en el primer cruce y me paro en seco. Me vuelvo a mirar, pero ya no la veo. Cuando entro en la oficina y enciendo el ordenador, sé que la mujer me perseguirá hasta que la encierre en un cuento.

domingo, 26 de agosto de 2012

Bendiciones

Bendita alegría guadiana,
aunque se escurra entre los labios apenas dicha.
Bendito el efímero gozo del cuerpo,
la piel de fiesta,
el corazón batiendo palmas,
redoble de tambor a destiempo.
Bendita congoja de flores que se arraciman en la garganta,
benditas hormigas en los dedos,
la súbita incandescencia en el pecho,
la velocidad y el vértigo en el estómago.
Benditas las noches en blanco a la luz de una sonrisa.
Benditas las horas perdidas con los ojos fijos en un recuerdo.
Benditos todos los segundos que hacen que respirar
parezca un acto con sentido.

martes, 10 de julio de 2012

Estatuas de sal

Sin más patria que la tierra que ocupan sus cuerpos
avanza un ejército de sombras
con la mirada perdida en la penumbra de las casas que dejaron:
el puchero al fuego, la mesa puesta.
Se envenenan con la sangre derramada de sus maridos y hermanos
y se amortajan en el recuerdo de las colchas que bordaron sus madres.
Algunas mujeres pastorean rebaños de moscas sobre la cara de sus hijos,
dormidos a fuerza de hambre y fiebre;
otras, demasiadas, acunan regazos ahora vacíos.
¿Qué abono hará florecer de nuevo estas rosas?
¿Qué agua lavará la sal de sus ojos?
Atrás sólo queda un reguero de ruinas y llanto
y el futuro no es más que la puerta de lona de una tienda de campaña.

jueves, 24 de mayo de 2012

Despertar a oscuras

sin distinguir si lágrima o náusea.
No moverse, sobre todo, no moverse,
que nada desvíe tu rumbo de náufrago a la deriva.
Buscarías la línea del horizonte,
pero prefieres quedarte mirando a la pared
para no ver el muro de su espalda
(recuerdo de noches que pasaste buscando sus alas con los labios).
Ahora hace frío y se necesita pijama
porque la piel ya no abriga.

viernes, 30 de marzo de 2012

El canto del cisne


Que yo ayer hiciera huelga no ha servido para nada. Ni aunque los 46 millones de españoles hubiéramos hecho huelga habría servido para nada, porque ni esto es una democracia ni existe eso que se soñó del “pueblo soberano”. La reforma laboral es imparable, porque no tiene nada que ver con la crisis ni ha nacido como solución a ningún problema. Hasta el más inepto de los economistas sabe que no se va a reflotar la economía con esta reforma.
Hace un par de meses escuché al presidente de la patronal madrileña decir en la radio que el problema que tenían las empresas españolas era la falta de competitividad en los mercados internacionales, donde países como India, Pakistán, etc. nos estaban comiendo el terreno, y que lo que teníamos que hacer era reducir nuestros costes de producción hasta sus niveles para poder competir con ellos. Con eso ya estaba dejando claro de qué iba esta reforma, que por aquel entonces no era más que un borrador a medias: equiparar nuestras condiciones laborales a las suyas, acercarnos a los talleres en China o Marruecos, más que a las fábricas alemanas o francesas. Y aquí nos están diciendo que la reforma es una exigencia de Europa y de los mercados internacionales. Y es bien cierto. Y seguro que con esta reforma, cuando esté plenamente implantada, empezarán a venir empresas extranjeras a abrir aquí sus factorías, claro. ¿Por qué van a encargar sus productos en el otro extremo del mundo, pudiendo fabricarlos en su patio trasero?
Los derechos de los trabajadores se terminarán de ir al carajo para finales de año como muy tarde (ojalá me equivoque, pero sabéis que no). El presidente de la CEOE ha dicho que va a haber que ir revisando el derecho de huelga y ya le ha jaleado su corifeo: el Gobierno ha dejado caer que bueno, que lo mismo va a tener razón y hay que darle una pensadita.
Están desmantelando el estado del bienestar, si es que alguna vez lo hubo. Y lo siguiente será el estado de derecho. La libertad de expresión está desapareciendo incluso como concepto, el activismo político y social está siendo criminalizado... por eso, aunque no sirviera de nada, yo hice huelga. Porque creo en el gesto y creo en el acto puro más allá de utilitarismos, ayer yo tenía que hacer huelga. Y porque, cuando nos quiten todo lo demás, quiero poder mirarme al espejo sin tener que agachar la cabeza.

lunes, 26 de marzo de 2012

Os esperaré comiendo manzanas,
sentada a la orilla del fin del mundo,
mientras decidís cuál de mis pecados
será el que os redima.

lunes, 19 de marzo de 2012

Me paras los pies en el corazón,
y yo me quedo varada en esta orilla de la mesa,
boqueando sin saber cómo despedirte,
mientras tú buscas la última respuesta en mis ojos.
Porque te quiero tanto, tengo que dejarte ir,
porque ya no puedo curar tus heridas,
porque no puedo protegerte de esta lluvia.

Y sólo ahora, después de tanto tiempo,
descubres mi secreto: yo no soy dios.

miércoles, 18 de enero de 2012

No toda la lluvia

       


  
No toda la lluvia está en mi cabeza.
También hay días de cielos cómplices,
en los que no hay un sol que me delate.