jueves, 31 de marzo de 2011

Me dices que me quieres
mientras me agarras el cuello bajo la bufanda.
Me dices que me quieres
mientras besas la palma de mi mano cerrada.
Me dices que me quieres
mientras aplastas mi pecho contra tu pecho.
Y yo aprieto los ojos y las piernas
pero tú te abres paso como un gusano,
como una araña inoculas tu veneno.
Lloro lágrimas secas, respiro sin aire
y me hago pequeña bajo el peso de tu aliento,
tan pequeña,
que pisas mi cadáver al marcharte.

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