miércoles, 30 de marzo de 2011

Siempre te quejas,
me dices que no lo aguantas,
que no soportas no saber
lo que pienso
lo que siento
lo que quiero.
Mi silencio se te hace intolerable.


Pero yo
no puedo hablar
si no quitas tu mano de mi boca.


Ahora es mi mano en la boca,
los dedos hasta la garganta para vomitar
las palabras y las cosas que he tragado:
tantas miradas, tantos reproches,
tantos silencios, tanta furia.


Apártate
si no quieres que te manche,
porque estoy ciega
y no sé
o no me importa
a quién salpique.

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