La Directora de RR.HH. salió de su despacho y se encontró con la secretaria, que estaba hablando con el nuevo conserje.
- Maite, esta tarde no vendré a la oficina. Cancela todas las citas que tengo pendientes y no me pongas nada mañana antes de las once, por favor.
A sus espaldas, oyó a Maite decir “Ten cuidado con ella, es una bruja”. Pero aquel día había decidido no enfadarse y optó por fingir que no había oído nada. Parecía mentira, después de tantos años en la empresa, las horas extra, las reuniones con los sindicatos, a pesar de que les trataba como a hijos, los regalos en los nacimientos... y seguían sin perdonarle aquel asunto.
Se dirigió taconeando por el garaje hasta su plaza, montó en su escoba y se marchó pensando si le daría tiempo de dejar el portátil en casa antes de ir al aquelarre.